No éramos nosotros, eran nuestros ojos que se miraban con ese brillo tan especial, nuestros cuerpos que no dejaban que hubiera la más mínima separación entre ellos, nuestras bocas deseando rozar nuestros labios, no, no éramos nosotros, eran nuestros corazones que se encontraban una vez mas...
Era aquel momento, nuestro momento; esos minutos que congelarías para que fueran eternos.
Sabía perfectamente que era él, el mismo que me haría llorar de alegría, el mismo que me mandaría mensajes a las seis de la mañana para decirme que me quiere, el que me haría reír con sus bobadas, el que me abrazaría tan fuerte hasta dejarme sin respiración, el que me haría descubrir que con una simple mirada podría decirme tantas cosas... el que me cogería de la mano y me llevaría a ver los fuegos artificiales abrazándome todo el tiempo... no podía estar mas segura, lo había encontrado.
No soy perfecta, ni mucho menos, pero cuando estoy con él te puedo asegurar que nadie, absolutamente nadie es capaz de alcanzar la perfección como yo lo hago.
Tengo esa extraña sensación que solo me ocurre cuando estoy con él. Cuando no puedo soltar su mano por el miedo a perderla... Cuando pienso que nunca fuimos dos extraños, como si ya no esperábamos y supiéramos que esto iba a pasar aunque fuera difícil la posibilidad de que esto ocurriera, al final llegó.

No hay comentarios:
Publicar un comentario